Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://poppypjrp676573.blogspothub.com/37422233/el-cabezazo-que-terminó-el-último-partido-de-zidane